Las enseñanzas de la escuela de arquitectura proporcionan a los estudiantes los conocimientos indispensables para el ejercicio de la profesión con sentido de responsabilidad hacia la sociedad. Toda educación debe apelar a las ciudades y al sentimiento de los individuos para liberarlos de la arbitrariedad de las opiniones personales. El desarrollo del sentimiento de solidaridad humana contribuye a aportar orden, disciplina y reglas, las cuales nos ayudarán a formarnos como futuro arquitecto.
La formación va dirigida a fines prácticos mientras que la educación tiende a desarrollar el sentido de la calidad.
Por ello, la formación del arquitecto corre el riesgo de quedar confinada a la búsqueda de técnicas, si no se eleva hasta el nivel donde alcanza el conocimiento del arte.
Para que la enseñanza de la arquitectura tenga sentido, debe evolucionar gradualmente desde el ámbito de las necesidades prácticas hasta el ámbito de la evolución artística.
De este modo, los estudios abarcan todas las ramas de la construcción con los contactos más diversos.
Al lado de la enseñanza científica, los estudiantes deberán aprender a dibujar a fin de dominar las dificultades de la expresión grafica y formar la vista y la mano. Estos ejercicios les dotarán del conocimiento de las proporciones y de la construcción, el gusto por las formas y la aplicación de los materiales al futuro arquitecto. Después deberán familiarizarse con la técnica de la madera, el hormigón, el acero o el ladrillo; aprenderán también la construcción de estructuras con ellas tanto sea en metálicas como en hormigón armado, considerando la utilización racional de una técnica u otra y determinando las formas que resultan del empleo juicioso de una u otra.
Cada construcción presenta ventajas particulares sin que una sea superior a la otra. Los materiales deben utilizarse sacando el mejor partido de sus cualidades especificas.
Los programas deben ser estudiados con cuidado. Deberán examinarse claramente las exigencias que imponen y en que se diferencian.
Finalmente, el urbanismo deberá tratar los complejos problemas de las relaciones entre la arquitectura y la ciudad, entre la ciudad y el hombre.
La síntesis de todas las enseñanzas consistirá en una ciencia de las reglas de la estética, en el conocimiento e la creación artística y en la realización de obras de arquitectura.
Se estudiarán las corrientes de las diferentes épocas y la relación entre la actualidad y su historia; será conveniente precisar las semejanzas y divergencias de nuestro tiempo con el pasado, desde un punto de vista material y espiritual. Se estudiaran, pues, las obras de épocas anteriores considerando las condiciones y el objeto a que estaban destinados.
Su importancia y su apariencia deberán incitar a los estudiantes a considerar que el pasado es un hecho irreversible y que el mundo actual espera de ellos creaciones autenticas para cuya realización deberán consagrar lo mejor de ellos mismos.
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